El presidente de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos, José Colombatto, habló en el acto oficial de cierre de la Expo y cargó contra “el Estado angurriento que se come el esfuerzo de todos”.
El dirigente ruralista de FARER, José Colombatto, comenzó su discurso en el acto oficial de cierre de la Expo Rural 2023 agradeciendo “a la familia de mi rural por la invitación a esta exposición. No quiero seguir sin recordar que el trabajo mancomunado de hombres y mujeres que tomaron el compromiso de acompañarme en la Rural de Gualeguaychú, fue el punto de partida para que hoy esté como presidente de FARER en esta exposición. No quiero dejar pasar la oportunidad de recordar a Enzo Bocalandro. Un amigo que fue el verdadero impulsor de mi participación en la arena gremial. Debo destacar su figura, sus ideas y sus valores que intenté llevar conmigo en cada acción emprendida. Su tarea no fue en vano, trabajamos denodadamente para no fallarle y creemos que hemos honrado su legado”, expresó.
“Voy culminando una gestión al frente de una entidad que es sumamente representativa del productor entrerriano y esa representatividad hizo que el gobierno se ocupara de nosotros con críticas vacías y como no pudieron hablar de nuestra labor intentaron descalificarnos y meternos a la bolsa de la política partidaria pero obviamente nadie les creyó porque hemos dado muestras cabales de haber sido siempre transparentes y consecuentes con la labor gremial. Ya que estoy aquí en mi ciudad no quiero olvidarme de destacar un hecho que demuestra que cuando existe voluntad las cosas pueden hacerse y hablo especialmente de la lucha contra el delito rural del departamento Gualeguaychú que en ello ha sido un ejemplo. Con el trabajo y la responsabilidad de la brigada a cargo del comisario Cristian Graciani y de distintos resortes de la justicia hemos sido testigos de condenas de prisión efectiva por el delito de abigeato y eso merece ser resaltado. Y a las rurales anteriores a las que he estado he venido bregando por tres temas uno de ellos es la importancia de que el campo comunique desde todos los actores ya sean dirigentes o productores. La batalla de la comunicación es estratégica y debemos darla entre todos porque la sociedad debe conocer lo que hacemos y cómo lo hacemos. En segundo lugar, debemos evangelizar en la actividad cotidiana con el vecino, con el docente, con el policía. Esa transmisión de vivencias, de luchas, de apuestas productivas, de riesgos deben hacerse carne en nuestros provincianos"
Colombatto hizo referencia a la situación nacional y expresó que "hay situaciones que no pueden prorrogarse más. El Estado gigante, ineficiente, repleto de amigos y familiares debe dar lugar de una vez por todas a un Estado moderno y práctico. Debemos ir hacia reformas tributarias y laborales que promuevan la inversión y el empleo. No se puede aceptar el Estado angurriento que se come el esfuerzo de todos. Tampoco podemos seguir esperando que la provincia a alguien le ponga el cascabel al gato en materia de vialidad o que grupos minúsculos sin aval científico sigan demorando la ley de fitosanitarios. Aprovecho la presencia del Secretario de Agricultura, Juan José Bahillo para agradecerle y reconocerle que siempre estuvo dispuesto a atendernos y recibirnos. Pero en rigor de la verdad me voy con un sabor agridulce por no poder concretar temas de agenda y por lo poco que se consiguió para los productores sobre todo en estos años de tremenda sequía. Como dirigentes rurales nos sentimos frustrados y angustiados pero ello no es nada en comparación con el productor de a pie. Nosotros somos dirigentes circunstanciales y exponemos la situación, pero atrás quedan cientos y cientos de productores que no fueron atendidos ni escuchados y mucho menos ayudados. Ya ni recordamos en qué dólar soja nos encontramos pero ni ello ni las medidas para la emergencia cubrieron ni la más mínima expectativa. Fueron decisiones que no colaboraron en lo absoluto y hoy seguimos esperando el mea culpa, el pedido de disculpas del gobierno por no haber estado a la altura de las circunstancias. Sabemos que ese reconocimiento no solucionará ningún quebranto pero al menos será un aliciente para todos aquellos que han perdido mucho, cuando no todo. Por lo pronto el interior vive y crece a la sombra de la producción agropecuaria. Pareciera mentira que aún hoy eso no se comprenda de algunos círculos de poder. Dejar a la intemperie al productor agropecuario extraña varios aspectos. Una total ignorancia, un peligroso pasaje a la concentración de la tierra en manos de grupos ajenos a la producción, el destierro obligado de muchas familias, una profunda crisis en el circuito económico de la localidad de tierra adentro y tarde o temprano o un quebranto de las arcas públicas. Ojalá algo tan simple sea entendido por quienes lleguen a los lugares de poder”, finalizó.
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